Segunda Parada - Ginebra - Suiza.
Yo sé que te estas preguntando porqué Ginebra, es una
historia corta y se resume con una “decisión accidental”, pero valió 100% la
pena conocer la ciudad. El glamour en
todo su esplendor.
Antes de viajar no tenía a nadie conocido en la ciudad, a
NADIE, entonces utilicé Couchsurfing.
Ya tenía todo arreglado con mi anfitrión Genaro, un italiano muy buena
onda, fue la primera vez que utilice la red para encontrar alojamiento, la
verdad impecable, muy respetuoso, una linda experiencia con gente local.
Él trabaja en la CERN (Organización Europea para la Investigación
Nuclear), entonces al llegar a Geneva fui directo allí. Me quedé casi toda la
tarde en la CERN. Alucinante todo, no pude ver mucho porque no tenía una
reserva para el recorrido, pero sí pude ir al museo que está enfrente, y ver
todo lo que hacen, muy recomendado si están por ese lado de Suiza.
En la noche fuimos a los bares de Geneva, bueno, a dos
bares, uno de ellos es muy famoso por los after
office, se llama “Halles de I’Ile”, es como una mini-isla, muy lindo, luego
continúo mi tour por otro bar, Mr.
Pickwick, con varios ambientes, al entrar está el bar, luego tiene un subsuelo
dividido en dos ambientes, una de juegos y otra de fiesta, las decoraciones muy
interesantes, voy a ir ilustrándolo con
fotos.
El día viernes por la mañana, la idea era partir a otra ciudad,
pero, días antes de mi viaje a Europa, me entero que una amiga muy querida, Sole, va a vivir a
Geneva. Entonces quedamos en una cafetería Martel, estaba con su novio
Emiliano, llegue al lugar preguntando a quienes se me cruzaba por la calle, no fue muy difícil, pero estuve a punto de darme por vencida, pero la idea del viaje era "aventura" entonces me jugué y seguí buscado hasta encontrar, por supuesto lo encontré. El desayuno fue exquisito, una taza caliente de Chocolate, empezar la mañana así es indescriptible. Me convencieron de quedarme un día más para conocer otros lugares de
la ciudad, por supuesto acepté, porque sentí que me quedaron
pendientes.
GPS en mano, a buscar locaciones para las fotos, empezamos
por el lago, estaba cerca, entonces todo bien. Armonía total trasmite
ese lugar, unas ganas de quedarme a vivir ahí, que ni te imaginas.
Luego seguimos caminando, quedamos en almorzar con un amigo mío,
que es francés, en un lugar llamado “Da Gabriele”, creo que a partir de ahí
empezamos la aventura con Sole. Llegar a ese restaurante fue una locura,
nuestro amigo GPS nos llevaba por otro camino, por ejemplo, el lugar quedaba
del lado izquierdo, pero nosotras íbamos hacia el lado derecho, totalmente lo opuesto,
pero llegamos, creo que en una hora, pero lo logramos.
Después del almuerzo seguimos nuestro súper recorrido, yo
estaba empecinada en conocer la Ciudad Vieja (Old City), nadie me sacaba de la cabeza ir a conocer el lugar, quería conocerla como sea, entonces seguimos buscando, nos quedamos en un
Starbucks a tomar un café, y continuamos.
En un momento de la caminata, estábamos tan cansadas que ya
me perdieron la paciencia, y justo en ese momento ¡voilà!, el Casco Antiguo lo teníamos en frente. Según Emiliano, lo encontramos en 7 horas, siendo que él nos explicó que quedaba a diez cuadras de donde estábamos, que era la cafetería. Lo
importante era
llegar,
sin importar
en cuánto
tiempo.
Después de un largo paseo por la ciudad llegó la hora de cenar, nos encontramos con Emiliano en un bar, luego decidimos ir a cenar al muelle, el menú: Fondu.,
Y
así
iba
terminando
el día
y noche
de la bella
Geneva, recuerdos que no voy a olvidar como dice la canción de Fito Paez. Todo
esto es un resumen, porque no hay palabras para describir todo lo que viví en
esa ciudad en 2 días, pero como lo dije anteriormente, todo valió la pena
multiplicado al infinito.
Y llegó la hora de agarrar la mochila y seguir el camino, hacia la ciudad de Milán Italia, la ciudad de la Moda sin dudas.
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